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La llamada de atención

  • infantsnatural
  • 8 feb 2016
  • 2 Min. de lectura

"Quiere llamar tu atención".

Sí, tal cual.

En esos momentos en que tu hija se te cuelga de la pierna, se tira encima de la compra o se deja caer desde lo alto de la mesa para que la mires, es en realidad sí, que está llamando tu atención. En ese momento, en que, seguramente, estás hablando con alguien que te encontraste por casualidad o al teléfono y llevas más tiempo del que ella puede esperar, entonces te lo hace saber de esta manera.


La frase en si no es ningún descubrimiento, no nos dice nada. Es tan sólo descriptiva, aunque el tono pueda molestarnos. Especialmente si no las dice alguien que nada tiene que ver con nosotros, que sólo pasaba por ahí y se cree con autoridad para dar su opinión sin que se la pidamos.

El problema lo da, pues, la solución que algunos adultos damos a esta situación, para que la niña no siga llamando la atención: "Tú ni caso, ya se le pasará".


Pues bien, en Infancia Natural creemos que justamente ahí es donde reside el cambio.

Si tu hija te está llamando la atención, pues atiéndela. Ni más ni menos.

Por alguna razón la espera se le está haciendo difícil, tiene algo urgente que transmitirte y eso le hace actuar así.

Obviamente hay cosas que no podemos posponer; otras que entrañan peligro. Ésos son los casos en que debemos sopesar y priorizar qué hacer.

Quizás con tan sólo levantarla en brazos, o agacharnos y mirarla de cerca, o tomarla de la mano, o sonreírle, cambie totalmente su demanda inicial. Tan sólo decirle: "Te estoy mirando, dime qué necesitas".

A menudo porque son niños no oímos su maneras de decirnos "te necesito". ¿No prestamos atención a nuestra pareja si lo hace saber a su manera ? ¿O a nuestro hermano? ¿Por qué identificamos a nuestros hijos como seres con necesidades que no deben ser satisfechas?

Los mecanismos para decirnos "te necesito" pueden resultarnos molestos; a los adultos nos queda más clara la palabra, pero están aprendiendo y, en la infancia el cuerpo suele ser el primer recurso. Atenderles, saber esperar el mejor momento para llebar a cabo aquello que, de entrada, les resulta demasiado largo de esperar, escoger quehaceres que vayan de acuerdo con sus tempos, y aprender también nosotros a desarrollar la paciencia será, sin duda, la mejor manera de que aprendan a usarla más adelante.


 
 
 

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