top of page
Buscar

Mindfulness: Práctica del color compasivo

  • infantsnatural
  • 11 abr 2016
  • 3 Min. de lectura

Hoy, desde Infancia Natural, queremos compartir con vosotros una práctica que utilizamos en los talleres y que se puede realizar en casa con toda la familia. También se puede hacer en clase y lo recomendamos especialmente para adolescentes.


Esta práctica originaria del budismo tibetano y llamada “Bondad amorosa” ha sido adaptada por Mindfulness, la práctica de la atención plena, de una forma que nos gusta mucho y con un nombre muy sugerente: Práctica del color compasivo.


Para comenzar la práctica está bien que busquéis un espacio cómodo de la casa o que cambiéis la disposición de la clase. También podéis usar un objeto como un gong, pichinas, triángulo, para comenzar y acabar la práctica. Estos detalles hacen que tanto los más pequeños como los grandes se predispongan a realizar la práctica. Incluso si quieréis puedéis poner algún aroma agradable, encender una vela, cualquier cosa que ritualice el momento y lo haga más especial. No olvidar apagar móviles, silenciar el teléfono o cualquier ruido que pudiera interrumpir el proceso.


¡Vamos allá!


Práctica del color compasivo

- Una vez que ya tenéis el espacio preparado cada uno busca su sitio, podéis hacerlo sentados, en una silla o en el suelo. Es muy importante tener la espalda recta, pero de forma natural, sin forzar nada. Ayuda si estás en silla sentarse en el borde y si estás en el suelo estar elevado, con todos los cojines que necesites. Los hombros y la mandíbula relajados.

- Comenzamos por cerrar los ojos e intentamos poner atención en la respiración. Sentir como entra y sale el aire por nuestra nariz. Depende como estemos podemos hacerlo un minuto o un poco más. Este momento nos ayuda a poder estar más presentes antes de seguir con la práctica.

- Seguramente vendrán muchos pensamientos e ideas, simplemente las observamos como quien ve pasar una hojita flotando en un río y volvemos a poner atención en la respiración. Estamos así un par de minutos.

- Dejamos revolotear en nuestra mente unas palabras concretas: amabilidad, ternura, cariño y buen trato. Si éstas no les resuenan podéis escoger otras que se ajusten más a vosotros. Dejamos un par de minutos.

A partir de aquí después de cada consigna siempre dejar una pausa de un minuto o medio, según vayáis viendo.

- Dejar que emerja un color que represente o simbolice estas palabras.

- Notamos como este color nos rodea todo el cuerpo.

- Llevamos este color al corazón.

- Lo llevamos al resto de órganos….a nuestros músculos…..y a nuestros huesos. Hasta que llegue a todo el cuerpo.

- (Este paso lo podéis saltar con niños, si queréis) Podemos dirigir ahora este color a algún sitio que nos duela o que tengamos más sensible o tensa.

-Podéis expandir ahora este color a vuestros seres queridos o personas importantes en vuestra vida.

-Y para acabar expandimos este color a todos los miembros de este grupo o de la familia.


Veréis que bonito momento pasaréis. La práctica en total se puede hacer en 8 minutos, pero lo más importante es que la persona que lo guíe esté muy presente y atenta a cuándo dejar más o menos tiempo. La clave para saber esto, es primero experimentarlo en uno mismo antes de hacerlo con los demás.


Esperamos que os sirva, primero a vosotros, y luego para compartir en el aula o en familia.

Cualquier duda o consulta nos escribis ¡¡Buena semana!!

 
 
 

Comments


Posts Recientes
Archivo
Búsqueda por Tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Google+ Basic Square
  • Facebook Social Icon
bottom of page