10 de maneras de acompañar a tus hijos sin castigos
- infantsnatural
- 14 jun 2016
- 4 Min. de lectura

Esta semana queríamos hacer un breve repaso desde Infancia Natural de algunas maneras de acompañar a los niños en momentos complejos. Anteriormente habíamos compartido fragmentos del tema y hoy lo condensamos en estos 10 tips.
1. Regular las emociones. Regular las nuestras como adultos, los niños aprenden de nosotros. Tú eres el modelo a seguir. Cuando estés enfadado es mejor no actuar. Si en el momento no puedes conectar con el amor hacia tu hijo, es mejor que respires y esperes a estar más calmado. Si eres punitivo el efecto siempre es contraproducente.
Este punto es muy importante porque en la vorágine del día a día, muchas veces nuestro ser está completamente descuidado, y esto se lo trasmitimos también a los niños. Cuidándonos, cuidamos mejor y enseñamos a que se cuiden.
2. Honrar sus sentimientos. Cuando a tu hijo está en una situación de crisis (berrinche) y su cuerpo lo lleva a luchar o huir, en lugar de sermonearlo, intenta acompañarlo en su descarga de forma atenta. Si le damos un ambiente calmado podrá expresar mejor el enojo que está experimentando. Expresar sus emociones con un adulto digno de confianza y atento ayuda a los niños a atravesar esos sentimientos y a aprender a auto calmarse para poder regular sus propias emociones algún día.
3. Recuerda cómo aprenden los niños. Por ejemplo: a la lavarse los dientes. Comenzamos cuando son bebés, les damos el ejemplo lavándonos nuestros propios dientes, tratamos de hacerlo divertido, poco a poco les vamos dando más responsabilidad y eventualmente lo hacen solos. Este mismo principio se aplica para el resto de cosas que aprenden. Las rutinas y la creatividad son muy valiosas para que vaya formando su base y estructura. Puedes enfadarte porque se olvidó de recoger su ropa otra vez, pero gritar no ayuda a recordárselo.
4. Conéctate antes de corregir. Los niños cuando se “portan mal” es un indicador de que algo no va bien. Algunas veces es porque se sienten mal acerca de si mismos, otras porque le han sucedido cosas en el cole y no saben cómo expresarlas, o porque pasan cosas en casa que no le gustan y no encuentra las palabras ni la forma de decirlo. Es muy importante tener presente estas cosas y cuando pasa, mirarlo a los ojos, bajar a su altura y poner palabras a lo que sucede. “¿Estás enfadado? ¿qué puedo hacer para ayudarte? ¿si pegas no puedo escucharte? ¿Intenta decirme con palabras lo que te pasa?
5. Pon reglas con empatía. Al poner reglas o un límite se puede hacer también teniendo en cuenta su perspectiva. Cuando los niños se sienten comprendidos, es más fácil que acepten esa regla o límite. “No se muerde, sé que estás muy muy enojado y dolido, pero tienes que hablar con tu hermano”.
Más sobre empatía en un artículo anterior que podrás ver aquí.
6. Todas las “malas conductas” son expresiones de una necesidad legítima. Retomando parte del punto cuatro. Los niños tienen una razón para estar mal. Si su conducta es terrible, entonces se debe sentir terrible también. Puede que necesite dormir más, tener más tiempo libre, estar más tiempo con vosotros, que lo escuchéis más, etc. Si atendemos la necesidad subyacente se elimina el “mal comportamiento”.
7. Di que sí. Vuestros hijos harán casi cualquier cosa que les pidas con amor. Encuentra la manera de decir Sí en lugar de No, aún cuando sea para poner una regla. “Sí, es hora de recoger”, y Sí, te voy a ayudar, y Sí, puedes quejarte, y Sí, si nos apuramos podemos leer otro cuento más, y Sí, te adoro, y Sí ¿cómo me volví tan afortunada/o de ser tu mamá/papá?” Vuestro hijo responderá con la misma generosidad y amor.
8. Conecta con un momento especial cada día. Apaga el móvil, el ordenador y dile a tu hijo “Soy todo tuyo por los próximos 20 minutos. ¿Qué hacemos?” Síguele la corriente. El mundo, lamentablemente, parece estar hecho sólo desde la perspectiva del adulto. Durante esos 20 minutos vuelve a ser niño y sé desde la más absoluta curiosidad. Asegúrate de reír, de ser tonto, haced peleas de almohadas, saltad a la cuerda, o viajad en un barco pirata. Déjalos que piensen, quejen o lloren si eso es lo que necesitan. Simplemente acepta sus sentimientos sean los que sean. Dales un 100% de presencia. Los niños que saben que tendrán este rato diario con sus padres florecen, porque pueden ser y expresar lo que necesitan. Más sobre este tema en este artículo.
9. Perdónate a ti mismo. No puedes ser un padre inspirado si te sientes mal contigo mismo, así como tus hijos no pueden actuar “bien” si se sienten mal consigo mismos. Cuida de ti y estarás cuidando de ellos.
Siempre estás a tiempo de reparar la relación, empieza hoy.
10. Cuando todo lo demás falle, date a ti mismo un gran abrazo. Después dales uno igual de grande a tus hijos. La conexión y el contacto triunfan sobre cualquier pauta de crianza.
¡Muchos abrazos y buena semana!
Comments